Cuatro Poemas

Gelsys García Lorenzo

Espera

En el sueño hay una casa de techo a dos aguas. Tengo el presentimiento de que algo comenzará a caer de súbito. ¿Anfibios? ¿Sangre? ¿Cuerpos desmembrados? ¿Muñecas de plástico? ¿Carne enlatada? ¿Envoltorios de nailon? ¿Periódicos sobre los que alguien ha dormido? Todo el sueño estoy allí mirando. La casa es la Revolución: inmensa, con un falso portón, con cariátides, con bombillos fluorescentes. Y espero todo el tiempo que algo caiga lentamente: como un bautizo o como una profanación, no sé bien. Nunca cae nada, pero sé que en algún momento pasará.



El dictador

El dictador como un invento decimonónico.
Un invento bello,
magnífico,
atractivo,
pero inútil.
Un invento más allá de las leyes del mercado,
para admirar en un museo de maravillas,
en una exposición de curiosidades,
para verlo unos segundos
y dejarlo atrás
y olvidarlo para siempre.

El dictador como un reloj de viento o un piano de vapor.



Don’t stop it

El imperialismo es una máquina
expendedora de chicles.
Cigarrillos apagados
luego de tres bocanadas de humo.
72 estrellitas de plástico.
Paranoia.
Franjas azules y rojas para jugar a la rayuela.
Ancianitas que cruzan la calle
con una escopeta como bastón.
El imperialismo es una máquina de sentido.
Indetenible.



Los tres autómatas

Los tres célebres autómatas del siglo XVIII nos parecen burdos hoy, sus mecanismos simplistas. Sin embargo, continúan hablando de condiciones inalterables. El acto de la escritura queda inmortalizado. Nadie duda de que sempiternamente continuaremos escribiendo, no importa sobre cuál superficie ni qué caracteres, ni qué código empleemos: en esencia, el acto de escribir será el mismo. Luego está el dibujante: el visionario, la sublimación del sentido visual: alegato de que habrá que seguir mirando en busca de lo que hay debajo. Y finalmente, la figura femenina del conjunto de la que han afirmado los más generalistas que toca el piano y otros con un poco más especificidad que toca el órgano. En verdad es una clavecinista: ejecutora de un instrumento del que muy poco ya conocemos. Figura que nos fuerza a redefinir el mundo una y otra vez cada vez que escuchamos sus notas.