Trances

Rocío Cerón

La contemplación de objetos
precisos es también un reposo.
—Francis Ponge

Colocado el primer pie en la Costa de Marfil, avanza.

Cámara lenta.

Ángulo de tecnología antigua: lenguaje.

                         Arderemos juntos hasta desaparecer.

Ilusionista de traje sastre.

Si pudieras oír escucharías el crujido del piso.

Derrumbe.

Ruidos blancos—bebida—, bebida de haces y tinieblas



*

Derecho. La mano encaja a perfección en el mango.

Martillando se llega a Roma.

Construyamos la palabra huesocavidadespubis.

Mira la sombra del buitre en espera, se roba el tiempo.

Ensilladura para decir:

“observa el pliegue, la dureza de la urgencia por velar tu nombre.”

Brezales arden; tu propia hora, casa, se silencia con una gravedad que niega.



*

No es. No. La gravedad que mata. La intención que acalla. La ascensión y el oro dentro de Catedral. No es el proverbio. La entonación del canto. El gallo. La insólita gota que perdura en capelo. No. Brilla la boca, rojo de Garanza, Carmen de cármenes. El rayo que sale entre sí exige la piedra.

Se levanta también él. Bálsamo de Ferabrás sus manos.



*

Cápsula mundo.

Base y cumbre donde se agota el lamento.

Voces relacionales ajustan termómetro.

Bajo los efectos de la hidrocodeína con acetaminofén un hombre masculla su vida entera.

En la plancha de metal de lo mismo develar el signo zodiacal.

El cuerpo volaba sobre Antártica:

pasillos nevados /punzada aguda /luz hundida en esternón /márgenes /plaga de penínsulas y nervaduras /venas /secrecía de la riberas y manglares /pulso contenido en lirio:

          ¿tiene sentido reconocer la propia muerte?

Encajar en un lugar.
                                                                                                                                                                                                                                             Encajar.