Desmontaje Amoroso

Fragmentos de un discurso escénico

Elena Guiochins

Photograph by Sherman Ong

Do we mean love, when we say love? –S. Beckett

1. DE TRÁNSITO

Aeropuerto. Dos hombres en la sala de abordar. Cada uno arrastra su respectiva maleta con ruedas. Se sientan cerca uno del otro. 

H
ÉCTOR: "Sólo hay dos clases de pensamientos: recuerdos e imaginación". Esa es la frase que Julio repetía en su mente, como una especie de mantra, siempre que estaba a punto de subirse a un avión.

JULIO: Estaba solo. Era de noche. El vuelo se había retrasado más de tres horas. Pero, ¿qué son tres horas en el reloj de la eternidad? Héctor fue el primero en romper el silencio.

HÉCTOR: Se ve interesante...

JULIO: ...

HÉCTOR: El libro.

JULIO: No es un libro...

HÉCTOR: ...

JULIO: Los personajes y los acontecimientos forjan la historia de nuestras vidas...Cada vez que mi mente regresa a ese momento preciso, aquella noche en el aeropuerto de Jakarta, puedo ver a ese hombre que no dejaba de hacerme preguntas. Pienso en todo aquello que me rodea y trato de comprender el significado de mi vida, los sucesos específicos. Como un perro herido, he olfateado las pistas de mi existencia travestidas de coincidencias, ellas me indican la voluntad del destino...

HÉCTOR: (Haciendo referencia a la maleta de Julio) Pesada, ¿verdad?

JULIO: ¿Cómo?

HÉCTOR: Exceso de equipaje...

JULIO: ...

HÉCTOR: Me di cuenta enseguida. Nuestro contexto determina la manera en que interpretamos todo lo que sucede. Para mí, todo estaba por comenzar. 


2. POSTALES DE NUESTRA HISTORIA

JULIO y CAROLINA sentados ante un Juez: HÉCTOR. Cerca de ellos ALEJANDRA, la abogada 

JUEZ: Nombre de la esposa: la señora Carolina de Pequeño no conservará el apellido de su marido, retomará su apellido de soltera: Castillo. La pareja reside por separado desde el 7 de noviembre del 2007. El señor Pequeño habiéndose mudado como fue estipulado en el convenio temporal. Liquidación de los derechos matrimoniales. La pareja no posee ningún bien inmobiliario en conjunto. La señora Castillo permanence en el departamento rentado. El señor y la señora Pequeño procedieron a la repartición de los muebles según la lista adjunta y anexada en el convenio temporal. La pareja declara estar en posesión de toda su ropa, objetos y joyas personales o provenientes de sus familias. No existe ningún crédito en curso firmado en común por los esposos. En cuanto a los hijos. La pareja tuvo un solo hijo. Amado Pequeño Castillo nacido el 23 de septiembre de 2001 en la ciudad de México. Los padres deciden ejercer en conjunto la autoridad paternal. Se conviene expresamente que toda decisión implicando el futuro del niño deberá ser tomada en común según el procedimiento de acuerdo mutuo. La residencia de Amado se establece en casa de su madre. Por su edad el derecho de visita y de alojamiento de su padre es totalmente libre dejándole a los dos la decisión de su encuentro. De no llegar a un acuerdo este derecho se ejercerá de la siguiente forma: los primeros, terceros y quintos fines de semana de cada mes del jueves por la tarde, el viernes después de clases, al domingo a las 7 de la noche, el padre recogerá al niño y lo regresará al domicilio de la madre. La primera mitad de las vacaciones escolares de los años pares y la segunda mitad de las mismas vacaciones en los años nones son para el padre. El señor Pequeño depositará una pensión alimenticia de ocho mil pesos al mes para la manutención y la educación de su hijo. En cuanto a la prestación los esposos declaran que no existe ninguna disparidad en sus ingresos y que no es necesaria. Conforme a las disposiciones del artículo 265 del código civil el señor y la señora Pequeño revocan las donaciones que se concedieron mutuamente en sus seguros de vida, al igual que cualquier otra donación que se concedieron a lo largo del matrimonio bajo cualquier forma. Los gastos del divorcio serán divididos a la mitad al igual que los honorarios del abogado. (A Alejandra) ¿Tiene algo que agregar Licenciada? 

ALEJANDRA: No, señor juez, hay que preguntarles a mis clientes.

JUEZ: Señora, ¿está de acuerdo con lo que se estipuló?

CAROLINA: Sí, señor juez.

JUEZ: Señor Pequeño...

JULIO: ¿Si?

JUEZ: ¿Está usted de acuerdo? 

JULIO: Sí, sí, está bien. Todo está bien.

JUEZ: Pronuncio entonces su divorcio en esta fecha 20 de marzo de 2009. Firmen por favor...Señora...Señor...Por favor rubriquen las tres primeras hojas.

CAROLINA y JULIO firman en silencio.


3. FRAGMENTOS DE UN DISCURSO

HÉCTOR: Yo la vi primero. Aquella noche en el aeropuerto en Jakarta, vestías tu uniforme de azafata. Rápidamente cruzaste la sala mientras yo, trataba de hablar con ese doble mío proveniente del futuro que malentendió el significado de mis palabras. Sus interpretaciones se convirtieron en su experiencia, no la mía. Yo te vi primero.

HÉCTOR: ¿Viaja solo?

JULIO: No. 

JULIO abre una maleta de la que sale una mujer.

JULIO: Viajo con mi mujer.

CAROLINA: (Le extiende la mano a Héctor). Carolina, mucho gusto.

HÉCTOR: Héctor...

CAROLINA: ¿Viaja solo?

JULIO: Héctor piensa que seguro le cayó mal la cena del vuelo anterior aunque no puede recordar qué fue lo que cenó, tal vez camarones, eso siempre le hace daño. ¿Qué le ofreció la azafata mientras cruzaban el cielo? ¿Chicken or pasta? Y esa mujer que ahora hace las preguntas: ¿en realidad salió de la maleta?

HÉCTOR: Si un cirujano entrara en este momento en mi cerebro se quedaría con hambre y no hallaría ninguna pista de lo que cené hoy.

Una azafata ofrece la cena.

ALEJANDRA: ¿Chicken or pasta?

JULIO: Pasta.

CAROLINA: Lo mismo.

ALEJANDRA: ¿Chicken or pasta? 

HÉCTOR: No sé...

ALEJANDRA: No hay respuestas equivocadas...¡Chicken! 


3.1 FRAGMENTO/DESPUÉS DE LA CENA

CAROLINA y JULIO terminan de recoger los platos de la cena.

CAROLINA
: Se ven muy enamorados.

JULIO: No van a durar...

CAROLINA: A mi me parece que se quieren.

JULIO: Ella es muy joven, demasiado joven.

CAROLINA: La diferencia de edad no tiene que ser un obstáculo, al menos no entre ellos. Alejandra me pareció muy inteligente y madura.

JULIO: Todo lo que dijo durante la cena fue hacer una crítica muy aguda de su propia inexperiencia.

CAROLINA: Eres muy severo, ¿te has dado cuenta? JULIO: Mi hermano es un profesional de lo mundano. Se le va a pasar pronto, te lo apuesto.

CAROLINA: Yo lo vi demasiado enamorado.

JULIO: Esa expresión me parece tan absurda: "demasiado enamorado" . No existen cosas "demasiado bonitas". "Demasiado enamorado", es una percepción mediocre.

CAROLINA: ¿Vas a abrir otra botella?

JULIO: ¿Te parece "demasiado"?

CAROLINA: Me parece que tu percepción del amor es mediocre. Demasiado. 

Cambio de tiempo.


3.2 FRAGMENTO/SOBREMESA

HÉCTOR: Estuvo muy rico todo. (A Carolina) ¡Eres una cocinera ma-ra-vi-llo-sa!

ALEJANDRA
: (A Héctor) ¿Me sirves más vino?

CAROLINA: ¿Cuánto llevan juntos?

ALEJANDRA: No sé. Nosotros no contamos el tiempo.

JULIO: Para ser tan joven, parece que ya lo has vivido todo.

HÉCTOR: Mi hermano tiene una obsesión con el tiempo. Es relojero, ¿te conté, no?

CAROLINA: Julio y yo, llevamos juntos diez años.

JULIO: Una eternidad.

ALEJANDRA: A mi no me preocupa tanto el tiempo.

JULIO: Porque eres muy joven, por eso.

ALEJANDRA: ¿Tienen hijos?

CAROLINA: Uno. Amado, tiene seis años.

ALEJANDRA: Qué bonito nombre.

CAROLINA: ¿Cómo se conocieron Héctor y tú? 

ALEJANDRA: En un speed date.

CAROLINA: ¿Speed date?

ALEJANDRA: Son reuniones de ligue exprés.

HÉCTOR: Un sistema de citas rápidas con grupos que se forman tomando en cuenta el perfil de los socios y, en algunos casos, su orientación religiosa.

JULIO: ¿Y ustedes en qué categoría entran: Dios es opcional?

CAROLINA: Ahora que recuerdo, una amiga mía me platicó de este tipo de encuentros hace tiempo.

ALEJANDRA: Para alguien que viaja tanto como yo, es una muy buena manera de conocer gente.

HÉCTOR: Alejandra es azafata.

JULIO: ¿Así que gracias a este casting metafísico encontraste al hombre de tu vida en 7 minutos?

CAROLINA: ¿Alguien quiere más postre? 

Todos niegan con la cabeza.

CAROLINA: ¿Seguro? Pues, yo sí.

HÉCTOR: La primera vez que vi a Alejandra fue en el aeropuerto.

JULIO: A lo mejor la confundiste con otra azafata de la misma aerolínea, en uniforme todas son igualitas.

HÉCTOR: Imposible. (A Alejandra). Eras tú. (A Carolina) Te queda muy bien ese vestido.

ALEJANDRA: Sí, te ves guapísima. 

CAROLINA: Hace mucho que no me lo ponía. Entonces, ya no entiendo: ¿se conocieron en el aeropuerto o en un speed date?

ALEJANDRA
: Por unos amigos...

HÉCTOR: Que nos encontramos en un speed date.

ALEJANDRA: Exacto.

HÉCTOR: Primero, yo la ví en el aeropuerto y un año después esos amigos nos presentaron.

JULIO: ¿Qué se siente pasar tanto tiempo en el aire?

CAROLINA: Debes de viajar mucho.

ALEJANDRA: Sí, muchísimo. Pero es lo que me gusta.

JULIO: (A Héctor) No te conviene, conozco a este tipo de mujeres. Cuando están en el aire son unas y cuando ponen los pies en la tierra, otras muy diferentes.

ALEJANDRA: Creo que no le caigo nada bien a tu hermano.

HÉCTOR: A Julio nada le cae bien y con el vino todo le cae peor.

CAROLINA: Y ¿no es difícil para ustedes?

ALEJANDRA/HÉCTOR: ¿Qué? 

CAROLINA: Pasar mucho tiempo separados.

ALEJANDRA: No, para nada.

JULIO: ¿Cuántos años tiene la niña? 

CAROLINA: ¿Por qué te preocupa tanto su edad?

JULIO: Es mi hermano, no quiero que sufra.

HÉCTOR: Estoy contento, ¿de qué hablas?

CAROLINA: (A Julio) Te estás comportando como un idiota.

JULIO: Estamos en familia, ¿no?

CAROLINA: ¿Alguien quiere más vino?

ALEJANDRA: Sí, gracias.

HÉCTOR: Mi hermano es el padre de la contrariedad.

JULIO: No quiero que sufras, ya te lo dije.

HÉCTOR: Cada quien bebe de la copa como puede. Yo bebo la mía y tú, la tuya. ¡Salud!

JULIO: Ni hablar, la carencia crea vínculos. ¡Salud!

CAROLINA: El hambre es deseo. Allí donde no hay nada, yo imploro que exista algo. ¡Salud!

ALEJANDRA: El hambriento es un ser que busca. ¡Yo siempre tengo hambre! (A Julio) Tengo veinte años.

JULIO: ¿A quién pretenden engañar?

CAROLINA: (A Julio) ¿No crees que ya bebiste suficiente?

JULIO: Mi lista de comportamientos que exigen ser escondidos ya es bastante larga. ¡No me importa!

HÉCTOR: (A Alejandra) ¿Ya te vas?

ALEJANDRA: Sí, no quiero que se haga más tarde. Quedé de pasar por los Taquitos.

HÉCTOR: ¿Quieres que te acompañe?

ALEJANDRA: Va a haber pura música tecno y chavitos brincando. No creo que te diviertas mucho. Te hablo cuando llegue.

HÉCTOR: Está bien. Diviértete. 

ALEJANDRA se despide y sale.

CAROLINA: Es adorable.

HÉCTOR: Sí, lo es.

JULIO: ¡Es una adolescente dislocada!

HÉCTOR: Una vez más mi hermano ha decidido rápidamente mi destino.

CAROLINA: (A Julio) La desproporción de tus comentarios es irritante, de veras Julio...

JULIO: ¡Qué quieres: para dedicar mi vida al bien, necesito tener problemas de verdad!

HÉCTOR: No sólo la prisión hace posible el amor.

JULIO: Ya estás hablando como tus amigos gays.

HÉCTOR: Lo que ha ocurrido en mi vida es la belleza. Punto.

JULIO: Déjame agregar esa frase a tu lista de comportamientos sofisticados.

CAROLINA: ¡Bueno basta! 

CAROLINA pone música: Something de los Beatles.

CAROLINA: ¿Quién quiere bailar conmigo?

JULIO se sirve otra copa. HÉCTOR y CAROLINA bailan. 


4. JULIO

JULIO canta Something de los Beatles.

JULIO: Nací en una casa donde el amor de pareja no existía, por el contrario, toda referencia a éste era una omisión inmediata. La dictadura de lo femenino: una casa de mujeres, de mujeres solas. Mi abuela viuda, eternamente dolida por el abandono de mi abuelo. Mi madre (aparentemente sola) llena de misterios en lo que se refería al plano sentimental. Su relación con mi padre opacada por el velo del tiempo, siempre se mantuvo en la mayor oscuridad para mí. Después descubriría que el verdadero terreno sentimental de mi madre no estaba al lado de un hombre.  

HÉCTOR: La conocí en una reunión de speed date. Ciudad de México. Sábado por la tarde. Época actual. \


5. SITUACIÓN SENTIMENTAL

Dos parejas sentadas frente a frente en la mesa de un café. El sonido de una campana da inicio al diálogo en cada pareja, también indicará su final y el cambio de los interlocutores a la mesa contigua emulando la dinámica habitual en un speed date. Cada uno de los actores trae una etiqueta con su nombre pegada al pecho.

ALEJANDRA: También tu familia es disfuncional...¡Cuántas coincidencias! ¿No crees? ¿Y a qué te dedicas?

JULIO: Canto en un bar. Y reparo relojes.

HÉCTOR: Siento algo aquí. (Señala su vientre). Siempre que estoy nervioso me pasa. Siento piquetes...No, no es úlcera, cómo crees. En realidad yo soy muy sano.

CAROLINA: Soy la hija de enmedio ...¡y soy la única que nació por parto natural! Mi hermana nació con fórceps, tal vez por eso anda siempre tan tensa la pobre...Mi hermano por cesárea, ¡yo nací en chinga!

HÉCTOR: Lo que más valoro en una mujer es que sea linda y sincera...Sobre todo linda...

ALEJANDRA: ...Generosidad, tener confianza en el otro, comunicación, juego, risas, aprender juntos a escuchar, respetar al otro, no intentar ni pedir al otro que reaccione como yo quiero.

JULIO: Eres exigente...

ALEJANDRA: Quiero pasión, caricias, humor, muchos besos, consentir y que me consientan. ¡Cero reclamos! Más besos, soñar juntos, decir te amo, saber callar, ¡nunca la violencia!, compartir tiempo, tal vez un hijo o dos, ¡aunque tres es mi número perfecto!

JULIO: Como que el pastel está medio rancio, ¿no?

ALEJANDRA: ¿Qué? JULIO: El cake...pruébalo...sabe horrible...

ALEJANDRA: No puedo, estoy a dieta. (Anota en su libreta, murmulla para sí llena de ironía) ¡Qué estilazo: un tipo quiere que pruebe algo horrible! HÉCTOR: ¡Y sigo en la misma postura! Sólo que con ella duré un poquito más, 10 años, ¡te imaginas, 10 años con la misma mujer!

CAROLINA: No, no me imagino... 

HÉCTOR
: ¿Sabías que el organismo libera 250 sustancias al estar ante una persona que le resulta atractiva? ¡Sólo se necesitan cuatro segundos para formar una opinión respecto a ella ¿Lo sabías?

CAROLINA: Aquí te dan siete minutos, supongo que para no errar.

HÉCTOR: ¡250 sustancias! Se desprenden hormonas, ácidos, gases...(Eructa sin querer). Perdón, debe ser el café, me dan agruras...¿Quieres que me quite los lentes para verme mejor?

CAROLINA: Tienes razón, cuatro segundos son más que suficiente. 

La campana suena. Cambio de parejas.

CAROLINA: Hay muchos tipos de besos y muchas formas de besar. Están los besos de piquito, donde apenas se tocan los labios.

JULIO: ¡Claro, los de la trompita parada!

CAROLINA: Están los besos marcados, besos violentos que se acompañan con mordidas, los que dejan su huella en forma de chupetones.

JULIO: Chupetones. Yo soy más del tipo romántico...

CAROLINA: También hay besos cachondos, con mordiditas de labio y lengüetazos discretos. O los de perro con lengua de fuera, babeando la cara y que normalmente van acompañados de una buena y apasionada cogida.

ALEJANDRA: Los besos hipócritas, traicioneros, los que no se sienten.

HÉCTOR: También están los hipoalergénicos, que saben a pasta de dientes o a clavo o a goma de mascar sin azúcar.

JULIO: Los besos alcohólicos, consecuencia de una buena peda, algunos gratos de recordar y otros no.

CAROLINA: Besos amnésicos y lagunas mentales, falla de memoria o vergüenza tardía... 

JULIO y ALEJANDRA se besan.
Suena la campana.
Despiertan uno junto al otro después de una borrachera. 

ALEJANDRA: ¿Yo, con ese güey? ¡No mames! ¡Y nos tomaron fotos!

JULIO: ¿Cómo dijiste que te llamabas?

ALEJANDRA: Alejandra.

JULIO: Mucho gusto, Alejandra. 

Suena la campana.
Volvemos al ámbito de la cafetería. 

ALEJANDRA: No necesito poner a San Antonio de cabeza para que el milagro ocurra, para eso está el speed date.

JULIO: La neta es que hay de besos a besos. ¿En qué piensas?

CAROLINA: En que hay buenos besadores, o no. Bocas memorables y besos dignos de recordar...

JULIO: O no.

ALEJANDRA: Mi primer beso fue tan increíble que ya no lo recuerdo...

HÉCTOR: Yo tenía catorce años, había ido al cine con una amiga que me gustaba, sabía que el beso era inevitable y creo que los dos esperábamos que sucediera.

CAROLINA: Hoy quiero uno de esos besos que hacen que se te mojen los calzones, de esos que me ponen cachonda y que casi siempre te llevan a algo más...

ALEJANDRA: Esos son mis favoritos...

JULIO: Esas mujeres estaban deseosas de amarme... 

HÉCTOR mira en dirección de ALEJANDRA y CAROLINA.

JULIO: No, ellas no...Mi madre y mi abuela, abandonaban todo, incluso a ellas mismas con tal de hacerme sentir querido. Durante mi infancia ese amor fue un lujo, poco a poco ese lujo fue transformándose en una carga, una carga que se tradujo en reproches, abandono, dolor y una gran dosis de sacrificios que llevaron a mi abuela a la muerte y a mi madre a la más abrumadora soledad. En mi casa materna aprendí que quien entrega todo termina vacío y olvidado.

CAROLINA: A pesar de su corta edad, yo le llevaba dos años, se rumoraba que era un gran besador, así que mi expectativa se volvía cada vez más interesante, más intensa...

HÉCTOR: Estábamos en el cine Bella Época...

JULIO: ¡Bella Época! ¡Ya no existe ni el cine ni la belleza de aquella época!

HÉCTOR: No me acuerdo qué película era porque obviamente eso era lo que menos me importaba.

ALEJANDRA: ¿Más palomitas? 

JULIO se atraganta de palomitas, tose, se ahoga.
CAROLINA termina dándole un golpe en la espalda para que recupere el aliento. 

HÉCTOR: Manos frías, sudadas. De pronto una mirada, ojitos pispiretos, boquita torcida, cinco, cuatro, tres, dos...

ALEJANDRA: Mi corazón palpita acelerado, sabía que algo iba a suceder...

CAROLINA: Labios que se rozan, se empatan, todo es casi perfecto...Casi, porque a pesar de su corta edad, el caballero besa muy bien, lo único malo es que babea demasiado, su salivación es excesiva. ¡Guácala me siento como perro babeado! Sólo ruego que acabe pronto. Él insiste y yo realizo una maniobra de escape. 

ALEJANDRA se echa encima un vaso de agua.

JULIO: ¡¿Qué onda?!

ALEJANDRA: ¡Se me cayó el refresco! ¡Ahorita vengo, voy al baño! 

Juego de espejos en el baño entre CAROLINA y ALEJANDRA.

CAROLINA: ¡Tengo la boca toda roja! ALEJANDRA: Como de puta...

CAROLINA: No me gusta, no me está gustando esta "nueva experiencia" que me debería encantar.

ALEJANDRA: Soy una puta, una puta, una puta...

CAROLINA: Mi primer encuentro con el mundo de la saliva compartida está del asco.

ALEJANDRA: Este será el primero de muchos besos en la historia de mi vida amorosa.

CAROLINA: Sabe mal. 

Suena campana. Intercambio de parejas.

JULIO: Cuando cursaba el sexto grado conocí a Marisa, mi primera novia. Éramos compañeros de grupo, vecinos de banca y de casa. Me gustaba besarla. Ella era mayor que yo por dos años. Nos besábamos tirados en los jardines del parque. Entramos juntos a la secundaria y seguimos siendo novios hasta el segundo año. Un viernes en la noche Marisa y yo jugábamos junto con otros vecinos a las escondidas. Estando oculto en mi escondite, un vecino vino a mí para decirme que mi novia se besaba con otros, que incluso él mismo había tenido oportunidad de besarla. Se me rompió el corazón de golpe. Busqué a Marisa para reclamarle todo lo que me habían contado. Ella lo negó y se fue. Me quedé llorando en el marco de la puerta de mi casa. No quise creerle. Preferí el drama. Cobré mi parte de la herencia familiar. Después de su fiesta de 15 años, Marisa habló conmigo y me dijo que ya no podíamos seguir siendo novios porque ella quería andar con otro muchacho mayor, de 17 años. Poco tiempo después, le pedí a su hermana menor que fuera mi novia. Ella aceptó. Duramos poco. Fue mi venganza contra Marisa. Un clavo saca otro clavo. Funcionó. A partir de entonces el hábito de besar quedó en mí y lo ejercité con todas las niñas que me lo permitieron. 

Suena campana. Intercambio de parejas.

JULIO: ¿Es tu primera vez?

ALEJANDRA: ¿Cómo?

JULIO: ¿Es la primera vez que vienes a un speed date?

ALEJANDRA: ¿Por qué? ¿Se me nota?

HÉCTOR: : Algunas personas están orgullosas de lo humildes que son. No es mi caso. ¿En qué iba?

CAROLINA: (Como por inercia) Me estabas contando de tu familia...

HÉCTOR: Capítulo once: De cómo empecé a romperme la crisma.

CAROLINA: Ajá...

HÉCTOR: Esas mujeres me educaron para amar a otra mujer, según mi psicoanalista: una extensión de ellas. Ellas... 

JULIO mirando en dirección de ALEJANDRA y CAROLINA.

HÉCTOR: No ellas no...Mi madre y mi abuela me enseñaron que la fidelidad se retribuye, que la caballerosidad se recompensa con respeto y admiración, que una mujer no merece ser golpeada, abofeteada, aunque de su boca se haya fugado el insulto más doloroso, la calumnia más lacerante, la ironía más atronadora.

ALEJANDRA: ¡Qué nivel de conciencia el de tu madre y tu abuela! Me hubiera encantado conocerlas.

HÉCTOR: ¡Cuando quieras! Todavía están vivas.

ALEJANDRA: No es para tanto...Es mi manera de hablar, solamente.

JULIO: Me enseñaron a ser un hombre sensible ¡y lo lograron! Empecé a enamorarme, y no lo digo de pasada. Me enamoraba, sufría y me desgarraba las vestiduras desde los cinco años; el amor era una fortaleza que conquistar, un continente por poblar, una esperanza: la única. Todo eso, hasta que encontré la verdadera esencia creadora y destructiva del amor. 

Toque de campanas que ponen fin al speed date.
Todos revisan sus notas.


HÉCTOR: La cuatro, no...la cinco, ¡menos!

ALEJANDRA: Qué ridículo con su postura retadora, pasando el dedo suavemente por el borde de la copa...No, definitivamente no hubo click entre nosotros.

CAROLINA: El seis no, no me gustan los divorciados, vienen con muchas mañas.

JULIO: La tres, las tres...¿cómo era? ¡Claro! Era la que dibujaba en el mantel figuras imaginarias con el dedo índice y luego cruzaba su pierna para dejar que le viera el muslo...Puede ser...Tiene buen cuerpo. 


3.3 . FRAGMENTO/EL HIJO


JULIO: Tú ¿qué quieres?

CAROLINA: No sé. JULIO: ¿Quieres tenerlo?

CAROLINA: No sé, digamos que no entraba en mis planes quedar embarazada ahora. Acabo de inscribirme en la maestría y...la verdad no sé...

JULIO: Pero ¿quieres que lo tengamos, si o no?

CAROLINA: Tú no tienes trabajo y con mi sueldo no es suficiente. No creo que sea el momento ideal.

JULIO: El momento ideal para tener un hijo no existe, Caro.

CAROLINA: Pero la realidad nos rebasa, por lo menos a mi.

JULIO
: Yo sí quiero...

CAROLINA: ...

JULIO: ¿Tú qué quieres?

CAROLINA: Siento que todo se detiene. No sé que dirección tomar. 

JULIO: Tienes dudas pero yo creo que podemos salir adelante, con todo y nuestro hijo.

CAROLINA: Llevo seis meses haciéndome cargo de todos los gastos, incluida la renta. ¿Cuándo vas a ganar dinero tú? Ni siquiera puedes encargarte de la relojería de tu familia. Un hijo es mucha responsabilidad y yo no quiero cargar con todo sola.

JULIO: Ya te dije que voy a conseguir un trabajo pronto, no es culpa mía que me hayan despedido de la empresa y las cosas estén como están.

CAROLINA: ¿De veras? ¿Cómo están las cosas, según tú?

JULIO: Jodidas.

CAROLINA: ¿Y aún así quieres que tengamos un hijo? No te entiendo, de veras.

JULIO: Por lo visto tener un hijo mío te estorba mucho.

CAROLINA: No. Sólo que tengo sentido común y no quiero ponerme en una situación riesgosa.

JULIO: ¿Qué estás diciendo? ¡Situación de riesgo! De eso se trata la vida.

CAROLINA: Para ti es muy fácil caminar por la cuerda floja, como soy yo la que siempre te levanta cuando caes, la que tiene que asumir la responsabilidad...

JULIO: Si te sientes tan responsable entonces ¿por qué no te cuidaste para no quedar embarazada?

CAROLINA: ¡Eres un imbécil! 

CAROLINA rompe en llanto.
Transición.

JULIO: Perdóname, no quise decir eso...

CAROLINA: ¿Qué voy a hacer?

JULIO: ¿Qué vamos a hacer? No estás sola en esto.

CAROLINA: ¿Qué vamos a hacer, pues?

JULIO: Solucionar las cosas.

CAROLINA: Últimamente siento que nuestros problemas se solucionan con el mismo amor con el que se mantienen.

JULIO: Entonces que sea el mismo amor que causa el problema el que nos lleve a la solución.

CAROLINA: Engendrar un bebé es algo que haces y al mismo tiempo algo que te ocurre.

JULIO: Para mi tener un hijo contigo no es un problema en absoluto.

CAROLINA: Para mi tener un hijo suena casi amenazante.

JULIO: Te propongo movernos en otra dirección.

CAROLINA: ¿Cuál?

JULIO: La del amor y no la del miedo. 


6. EN EL AEROPUERTO DE JAKARTA

HÉCTOR y JULIO sentados en la sala de abordaje en el aeropuerto de Jakarta.

JULIO: La dirección del amor...

HÉCTOR: ¿Cómo dijo?

JULIO: ¿Qué?

HÉCTOR: No escuché bien lo que dijo.

JULIO: No dije nada.

HÉCTOR: Sí, dijo algo sobre el amor.

JULIO: Tal vez fue un fragmento de un discurso de otra persona.

HÉCTOR: Tal vez. ¿A dónde fue su mujer?

JULIO: ¿Mi mujer?

HÉCTOR: Sí, su mujer.

JULIO: ...

HÉCTOR: La que salió de su maleta hace un momento.

JULIO: ¿Se siente bien?

HÉCTOR: Me siento perfectamente, no estoy delirando, se lo aseguro. 

JULIO: Si usted lo dice, le creo.

HÉCTOR: ¿Dónde está su mujer?

JULIO: Viajo solo.

ALEJANDRA, la azafata, se acerca a HÉCTOR cariñosamente. 

ALEJANDRA: Te conseguí un lugar en clase ejecutiva.

HÉCTOR: Perdón, pero creo que usted me está confundiendo.

JULIO: Hacerse el tonto tiene algo de dicha.

HÉCTOR: ¿Qué le pasa a este idiota?

JULIO: Yo sólo tomo notas en mi libreta.

ALEJANDRA: ¿Te sientes bien, amor? Estás sudando.

HÉCTOR: Me siento bien pero creo que me confunde con otra persona.

ALEJANDRA: Como broma ya fue suficiente, Héctor.

HÉCTOR: ¿Cómo supo mi nombre?

ALEJANDRA: Soy tu mujer. (A Julio) ¿Lleva mucho tiempo desorientado?

JULIO: No lo sé.

ALEJANDRA: Perdón, no me presenté. Soy Alejandra Alegría.

JULIO: Julio Pequeño.

ALEJANDRA: ¿Espera un vuelo?

JULIO: No. Investigo el futuro.

ALEJANDRA: ¿Qué oficio es ese?

JULIO: Desde que tengo veinte años llevo un diario de coincidencias. Muchas son triviales: nombres de personas que surgen inesperadamente en conversaciones separadas, tickets para el avión y el guardarropa con el mismo número, horas de vuelo, una frase de un libro que se repite en la vida real.

ALEJANDRA: Y ¿qué se oculta detrás de las coincidencias?

JULIO: Un movimiento común, una respiración común. 

HÉCTOR: Esa libreta es mía. Usted me la quitó.

JULIO: Se equivoca, amigo.

ALEJANDRA: Héctor por favor, tranquilízate.

JULIO: Lo único que he hecho es permanecer horas sentado en ese banco tomando notas de la gente que pasaba. Mire.

JULIO les muestra la libreta.

JULIO: Anoto su edad, su sexo, vestido y si llevan maletas o paraguas. Considero también detalles como la hora, el tiempo y la época del año.

HÉCTOR: ¡Esa libreta es mía! ¡Devuélvamela!

ALEJANDRA: ¿Qué significa esto?

JULIO: Son los resultados, los clasifico en "grupos de números", muy similares a los que usan los jugadores, los estadísticos, las compañías de seguro y los organizadores de encuesta.

ALEJANDRA: Muy interesante.

JULIO: ¿Sabe cómo le llamo a este fenómeno?

ALEJANDRA: ...

JULIO: La ley de la serialidad. Las coincidencias van en serie, es decir, se produce una repetición en el espacio por la cual los números individuales en la secuencia no están conectados por la misma causa activa. Esto es apenas la punta de un iceberg dentro de un principio cósmico más grande.

"A Lover's Dismantling" was written between October 2008 and February 2009, during a rehearsal workshop with the Mexico City based theatrical troupe Conjuro Teatro. The characters at that time were given the first names of the actors who developed the piece. In this version, the character names listed are the first names of the actors involved with the 2009 US-Mexico Playwright Exchange at the Lark Theatre, where the translation received a workshop. The names should be changed to match those of the actors in future workshops and productions.

Performers in original Mexico City Production:

Carolina Contreras
Alejandra Marín
Héctor Hugo Peña
Julio Escartín

Performers in Lark Workshop:

Crystal Finn
Annie Henk
Armando Riesco
Gerry Rodriguez